Cuando estamos preparados a dar y a recibir nos disponemos a una situación de la saldremos enriquecidos. Siempre poseemos algo para dar y todos ansiamos y necesitamos recibir.
Debemos aprender a reconocer nuestras fortalezas y debilidades; lo que tenemos para ofrecer y lo que carecemos para saber pedirlo.
El dar produce felicidad y nos vincula con el afecto, recibir nos enaltece al tener la humildad de hacerle saber al otro que no somos autosuficientes, que somos capaces de dejarnos llevar de la mano, de dejarnos guiar.
Ser alumno y ser profesor es un ir y venir de dar y recibir, es un vínculo en el que no se reconoce con exactitud, quien entrega más afecto y cuál de los dos ofrece más conocimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario