1.- La pregunta más importante.
Durante mi segundo semestre en la escuela
nuestro profesor nos dio un examen
sorpresa.
Yo era un estudiante consciente y leí
rápidamente todas las preguntas, hasta que leí
la última: ¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia
la escuela?
Seguramente esto era algún tipo de broma.
Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la
escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como
de cincuenta años, pero, ¿como iba yo a saber su
nombre? Entregue mi examen, dejando la última pregunta
en blanco.
Antes de que terminara la clase, alguien le pregunto
al profesor si la ultima pregunta contaría para la
nota del examen.
Absolutamente, dijo el profesor.
En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas
son importantes.
Ellos merecen su atención y cuidado,
aunque solo les sonrían y digan:!Hola! Yo nunca olvide
esa lección.
También aprendí que su nombre era Elena.
TODOS SOMOS IMPORTANTES
2.- Auxilio en la lluvia.
Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer de edad avanzada
estaba parada en el acotamiento de
una autopista, tratando de soportar una
fuerte tormenta.
Su coche se había descompuesto y ella
necesitaba desesperadamente que la llevaran. Toda
mojada, ella decidió detener el próximo coche.
Un joven se detuvo a ayudarla, a pesar de la fuerte lluvia
El joven la llevo a un lugar seguro, la ayudo a
obtener asistencia y la puso en un taxi. Ella parecía
estar bastante apurada. Ella anoto la dirección del
joven, le agradeció y se fue.
Siete días pasaron, cuando tocaron la puerta de su
casa. Para su sorpresa, un Televisor pantalla gigante
a color le fue entregado por correo a su casa.
Tenía una nota especial adjunta al paquete. Esta
decía: Muchísimas Gracias por ayudarme en la autopista
la otra noche. La lluvia anegó no solo mi ropa sino mi
espíritu.
Entonces apareció usted.
Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido
agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo
bendiga por ayudarme y por servir a otros
desinteresadamente.
Sinceramente: La Señora Fernández
NO ESPERES NADA A CAMBIO Y LO RECIBIRAS.
3.- Siempre recuerda aquellos a quienes sirves.
En los días en que un helado costaba mucho menos, un
niño de 10 años entro en un establecimiento y se
sentó en una mesa.
La mesera puso un vaso de agua en
frente de el. ¿Cuanto cuesta un helado de chocolate
con cacahuates? pregunto el niño.
Cincuenta centavos, respondió la mesera.
El niño saco su mano de su bolsillo y examino un número de monedas.
¿Cuanto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar.
Algunas personas estaban esperando por una mesa y la
mesera ya estaba un poco impaciente.
Treinta y cinco centavos dijo ella bruscamente.
El niño volvió a
contar las monedas.
Quiero el helado solo dijo el niño. La mesera le trajo
el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.
El niño termino el helado, pago en la caja y se fue.
Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le
costo tragar saliva con lo que vio.
Allí, puesto ordenadamente junto al plato vació, habían veinticinco
centavos... su propina.
JAMAS JUZQUES A ALGUIEN ANTES DE TIEMPO.
4.- Los obstáculos en nuestro camino.
Hace mucho tiempo, un rey coloco una gran roca
obstaculizando un camino.
Entonces se escondió y miro para ver si
alguien quitaba la tremenda roca.
Algunos de los comerciantes más adinerados del rey y cortesanos
vinieron y simplemente le dieron una vuelta. Muchos
culparon al rey ruidosamente de no mantener los
caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar
la piedra grande del camino.
Entonces un campesino vino, y llevaba una carga de
verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso
su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado
del camino.
Después de empujar y fatigarse mucho, lo
logro. Mientras recogía su carga de vegetales, el noto
una cartera en el piso, justo donde había estado la
roca.
La cartera contenía muchas monedas de oro y una
nota del mismo rey indicando que el oro era para la
persona que removiera la piedra del camino.
El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron.
Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar
la condición de uno.
SI ALGUNA VEZ CAES, LEVANTATE Y SIGUE ADELANTE
5.- Donando sangre.
Hace muchos Años, cuando trabajaba como voluntario en
un Hospital de Stanford, conocí a una niñita Llamada
Liz quien sufría de una extraña enfermedad.
Su única oportunidad de recuperarse aparentemente era una
transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien
había sobrevivido milagrosamente a la misma
enfermedad y había desarrollad o anticuerpos
necesarios para combatir la enfermedad.
El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le
pregunto si estaría dispuesto a dar su sangre a su
hermana.
Yo lo vi dudar por solo un momento antes de
tomar un gran suspiro y decir: Si , lo haré, si eso
salva a Liz.
Mientras la transfusión continuaba, el estaba acostado
en una cama al lado de la de su hermana, y sonriente
mientras nosotros lo asistíamos a el y a su hermana,
viendo retornar el color a las mejillas de la niña.
Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa
desapareció. El miro al doctor y le pregunto con voz
temblorosa ¿A que hora empezare a morirme?
Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor;
el pensaba que le daría toda su sangre a su hermana.
Y aún así se la daba.
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